Un atraco llamado Wanda

Nadie hablará de Mateu (cuando hayamos muerto) este fin de semana. Controlan tan bien El Relato los medios madridistas que pondrán el foco en aquello que les interese para desviar la atención, como la imagen de Suárez haciendo callar al Metropolitano, pero lo de ayer, es decir, el recorte de puntos del Madrid en la jornada, fue, sin duda, una faena aseada del peor árbitro de primera, el inefable Mateu Lahoz.

Y ustedes dirán que no es para tanto pero sí, un árbitro que deja de pitar dos penaltis clarísimos ante sus narices y, de paso, deja en el campo a un violento Gaby (¿o es Fofó?)tras cebarse, una y otra vez en los tobillos de Messi, alteró gravemente el resultado, un injustísimo empate, y, por ello, hay que denunciarlo.

El Barça comenzó fallón, con un Jordi Alba al que no se le da especialmente bien el Atlético, los fantasmas de eliminaciones anteriores por fallos propios, le vienen al, a veces, descerebrado lateral de Hospitalet. De todos modos, el tribunerismo tenía al muñeco de pim, pam, pum con el pobre Gomes, que no siendo el mejor, tampoco fue el peor del partido. Así, el Atlético en los primeros minutos ,vivió (bien) de los errores propios del Barça que le pudieron costar un par de goles. Afortunadamente, ayer Ter Stegen demostró que es un Top 3 mundial en la portería y sacó un par de balones que apestaban a gol.

Pero el gol Atlético acabó llegando con un buen chut de Saúl (¿no teníamos una opción preferente por él?) y, con ello, la situación soñada del Cholo trilero: todos a defender, hasta el Profe Ortega...raro que no lanzara balones al campo.

El Barça fue claro dominador del partido a partir de ese momento y, mucho más, cuando entraron en el campo Roberto, que debió ser titular, y Deulofeu,  a quien se le vio bastante recuperado. Una buena jugada de Sergi Roberto acabó con un centro medido a la cabeza de Suárez que marcó  y, efectivamente, hizo callar al fondo de la antigua Peineta (yo me hubiera inclinado por una ídem). A partir de este momento, el Barça debió ganar el partido sobrado, por ocasiones, por superioridad y porque a Messi le hicieron un penalti de manual cuando se iba solo hacia la portería de Oblak. Incluso en el último minuto del descuento, El Mejor tuvo una falta ideal para llevarse los tres puntos pero paró el buen portero esloveno (salvo cuando el rival viste de blanco) y ahí acabó el partido.

En resumen, punto bueno si tenemos en cuenta el rival pero que sabe a poco si vemos los noventa y tres minutos de juego. Faltó, quizás, algo de calidad arriba para desequilibrar y comenzaron con demasiados nervios atrás. Una lástima porque ayer se podía haber encarrilado definitivamente la Liga. Ahora habrá que seguir remando hasta el primer partido contra el Madrid, será entonces cuando se verá dónde estamos exactamente. De momento, sin alardes, ni juego para enamorar, pero con mucha seriedad, estamos en el buen camino.

PD. ¿Ya he dicho que odio los parones por selecciones?